Vivir con una discapacidad puede ser una experiencia emocionalmente y físicamente difícil. A menudo, los costos de la atención médica, el transporte, la tecnología de asistencia y otros recursos necesarios para las personas con discapacidad pueden ser muy altos. A pesar de la asistencia gubernamental disponible, muchas personas con discapacidad todavía luchan financieramente y enfrentan barreras significativas en la vida diaria.
Según un informe de 2018 de la Oficina del Censo de EE. UU., el 12,7% de la población de EE. UU. vive con una discapacidad, lo que representa aproximadamente 41,2 millones de personas. En términos financieros, la discapacidad puede ser costosa para las personas que la padecen. El informe también indicó que la tasa de pobreza para las personas con discapacidad en los EE. UU. es del 25,7%, más del doble que la tasa de pobreza para las personas sin discapacidad.
Aunque existen programas de asistencia del gobierno, como el Seguro Social de Discapacidad y Medicaid, muchas personas con discapacidad todavía luchan para cubrir los costos asociados con la discapacidad. La atención médica y los medicamentos pueden ser costosos, y las personas con discapacidad a menudo tienen necesidades especiales que no están cubiertas por los planes de seguro médico tradicionales. Además, el transporte puede ser difícil y costoso para las personas con discapacidad, ya que a menudo requieren vehículos especiales o servicios de transporte adaptados.
Otra de las principales barreras que enfrentan las personas con discapacidad es la tecnología de asistencia. Los dispositivos y equipos diseñados para ayudar a las personas con discapacidad a realizar tareas cotidianas, como levantarse de la cama, moverse por la casa y comunicarse, pueden ser muy costosos. Incluso con la asistencia del gobierno, muchas personas con discapacidad no pueden permitirse los equipos necesarios para vivir de manera independiente.
La discapacidad también puede afectar la capacidad de las personas para trabajar y generar ingresos, lo que puede aumentar aún más el costo de vivir con una discapacidad. Las personas con discapacidad a menudo enfrentan discriminación laboral y pueden tener dificultades para encontrar trabajo o mantenerse empleados debido a la falta de accesibilidad en el lugar de trabajo.
La falta de accesibilidad en la comunidad también puede aumentar los costos para las personas con discapacidad. Los edificios y servicios que no están diseñados para ser accesibles pueden dificultar el acceso a los servicios de atención médica, tiendas y otros servicios necesarios. Esto puede llevar a mayores costos de transporte y la necesidad de pagar a alguien para que ayude con las tareas cotidianas que las personas con discapacidad no pueden hacer por sí mismas.
En resumen, vivir con una discapacidad es muy costoso, incluso con la asistencia del gobierno. Las personas con discapacidad a menudo enfrentan barreras financieras significativas que pueden dificultar la vida diaria. Es importante abogar por una mayor accesibilidad y recursos para las personas con discapacidad, para que puedan vivir con dignidad y comodidad, sin preocuparse constantemente por los costos asociados con la discapacidad.